Una mirada que paraliza el exterior, una inigualable conexión donde sin querer se entrega lo mejor de sí mismo… el corazón, y sin poder evitarlo sin nada más qué hacer ambos surgen ignorando lo sucedido engañándose a sí mismos creyendo que es la mejor solución cuando en realidad solo es un atajo para evitar recíprocas emociones Y todo por miedo cuando en realidad tienen las de ganar.
Una molestia una
lejanía una despedida y un adiós, una tontería los separó ambos arrepentidos
de todo lo que sucedió… pero ninguno cede a dar el paso a un grado de
felicidad. Tal vez el miedo predomine en ambos pero eso no los llevará a ningún
lado. Sin ver más allá del orgullo y miedo se limitan a seguir abrazando el dolor y el pensamiento de qué habría pasado si… Pero ninguno se atreve hacer. Los
pensamientos te llenan el tiempo pero ninguno de ellos te motiva a tomar la
decisión de actuar.