Es grandioso observar a la luna
que está tan llena de luz y de vida… tan llena de hermosura y lo mejor es que
no necesita ser delgada para verse hermosa, solo necesita ser ella, aceptando
cada detalle latente que posee, bien sea bueno o malo, virtud o defecto. Cada
particularidad la hace especial, esos orificios en abundancia que ella tiene,
esas manchas tan hermosas que la componen, y todas sus características que no
teme mostrar. Toda ella tiene un encanto que enamora a cualquiera, algo interior
que se exterioriza… sencillamente no teme a mostrar la autenticidad que en ella
abunda, que es lo que realmente la hace hermosa. Existen marcas en cada uno de
nosotros y siempre tememos mostrarla, y nos abstenemos al hecho de ver cuán
especiales nos hacen. Nos abstenemos al hecho de vernos diferentes.