miércoles, 6 de enero de 2016

Mira a la luna... y mírate a ti.


Es grandioso observar a la luna que está tan llena de luz y de vida… tan llena de hermosura y lo mejor es que no necesita ser delgada para verse hermosa, solo necesita ser ella, aceptando cada detalle latente que posee, bien sea bueno o malo, virtud o defecto. Cada particularidad la hace especial, esos orificios en abundancia que ella tiene, esas manchas tan hermosas que la componen, y todas sus características que no teme mostrar. Toda ella tiene un encanto que enamora a cualquiera, algo interior que se exterioriza… sencillamente no teme a mostrar la autenticidad que en ella abunda, que es lo que realmente la hace hermosa. Existen marcas en cada uno de nosotros y siempre tememos mostrarla, y nos abstenemos al hecho de ver cuán especiales nos hacen. Nos abstenemos al hecho de vernos diferentes.